domingo, 27 de enero de 2013
sábado, 26 de enero de 2013
domingo, 20 de enero de 2013
Más chistes infantiles
Se sube un señor al autobús y pregunta al conductor:
-¿Cuánto cuesta?
- Cien pesetas.
- Pues que se bajen todos, que me lo quedo.
Un hombre le dice
a su amigo:
- Ahora que tiene usted una gran fortuna acuérdese de sus amigos de los tiempos de pobreza.
- Es que cuando era pobre no tenía muchos amigos...
-¡Cuánto te habrás divertido en Barcelona!
- No salí del cuarto del hotel ni una sola vez.
- Pero, ¿ por qué?
- Es que la habitación costaba carísima y no iba a despilfarrar el dinero...
- Yo pienso ir de vacaciones a Tahití.
-¿ Y cuánto te cuesta eso?
-¡ Nada!
-¡ Imposible!
-¡ Pensarlo no cuesta nada, chico!
El padre le dice al niño:
- Me temo que algun día el profesor se dará cuenta de que soy yo el que te hago los problemas.
- Papá, creo que ya lo sabe...
Ayer me dijo que le parecía imposible que yo solo pudiese cometer tantos disparates.
-¿Cuánto cuesta?
- Cien pesetas.
- Pues que se bajen todos, que me lo quedo.
Un hombre le dice
a su amigo:
- Ahora que tiene usted una gran fortuna acuérdese de sus amigos de los tiempos de pobreza.
- Es que cuando era pobre no tenía muchos amigos...
-¡Cuánto te habrás divertido en Barcelona!
- No salí del cuarto del hotel ni una sola vez.
- Pero, ¿ por qué?
- Es que la habitación costaba carísima y no iba a despilfarrar el dinero...
- Yo pienso ir de vacaciones a Tahití.
-¿ Y cuánto te cuesta eso?
-¡ Nada!
-¡ Imposible!
-¡ Pensarlo no cuesta nada, chico!
El padre le dice al niño:
- Me temo que algun día el profesor se dará cuenta de que soy yo el que te hago los problemas.
- Papá, creo que ya lo sabe...
Ayer me dijo que le parecía imposible que yo solo pudiese cometer tantos disparates.
sábado, 12 de enero de 2013
lunes, 7 de enero de 2013
Chistes infantiles
Cierto señor ató un día al gato con una cadenita y lo sacó a pasear.
Ya en la calle, se le acercó una mujer, temerosa:
-¿Araña?
-No, gato.
Una señora llamó a un fontanero para que arrreglase una fuga sin inportancia. Aunque apenas le llevó unos minutos, el trabajador pidió una elevada suma por su faena.
-¡No puede ser! - protestó la señora. ¡Pero si el médico me cobra la cuarta parte...
- Lo sé. Yo era médico antes.
En la consulta.
- El corazón está bien.
Sólo padece usted de cálculos.
- Ya me lo temia yo.
Gano ochenta mil pesetas al mes y somos siete en casa.
En un examen, le dice el profesor a un alumno que no ha sabido contestar a nada de lo que se le ha preguntado:
- Voy a hacerle la última pregunta. Si la contesta bien, lo apruebo; si no, suspenso. ¿Cuántos pelos tiene la cola de un caballo?
- Treinta mil quinientos ochenta y tres.
- ¿Y cómo lo sabe?
- Perdone, profesor; esa es otra pregunta y aseguró que sólo me haría una.
Ya en la calle, se le acercó una mujer, temerosa:
-¿Araña?
-No, gato.
Una señora llamó a un fontanero para que arrreglase una fuga sin inportancia. Aunque apenas le llevó unos minutos, el trabajador pidió una elevada suma por su faena.
-¡No puede ser! - protestó la señora. ¡Pero si el médico me cobra la cuarta parte...
- Lo sé. Yo era médico antes.
En la consulta.
- El corazón está bien.
Sólo padece usted de cálculos.
- Ya me lo temia yo.
Gano ochenta mil pesetas al mes y somos siete en casa.
En un examen, le dice el profesor a un alumno que no ha sabido contestar a nada de lo que se le ha preguntado:
- Voy a hacerle la última pregunta. Si la contesta bien, lo apruebo; si no, suspenso. ¿Cuántos pelos tiene la cola de un caballo?
- Treinta mil quinientos ochenta y tres.
- ¿Y cómo lo sabe?
- Perdone, profesor; esa es otra pregunta y aseguró que sólo me haría una.
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