lunes, 7 de enero de 2013

Chistes infantiles

Cierto señor ató un día al gato con una cadenita y lo sacó a pasear.
   Ya en la calle, se le acercó una mujer, temerosa:
   -¿Araña?
   -No, gato.

   Una señora llamó a un fontanero para que arrreglase una fuga sin inportancia. Aunque apenas le llevó unos minutos, el trabajador pidió una elevada suma por su faena.
   -¡No puede ser! - protestó la señora. ¡Pero si el médico me cobra la cuarta parte...
   - Lo sé. Yo era médico antes.

   En la consulta.
   - El corazón está bien.
   Sólo padece usted de cálculos.
   - Ya me lo temia yo.
   Gano ochenta mil pesetas al mes y somos siete en casa.

   En un examen, le dice el profesor a un alumno que no ha sabido contestar a nada de lo que se le ha preguntado:
   - Voy a hacerle la última pregunta. Si la contesta bien, lo apruebo; si no, suspenso. ¿Cuántos pelos tiene la cola de un caballo?
   - Treinta mil quinientos ochenta y tres.
   - ¿Y cómo lo sabe?
   - Perdone, profesor; esa es otra pregunta y aseguró que sólo me haría una.

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