¿En qué se parece un panadero a una escopeta?
- ¿En qué se parece un panadero a una escopeta?
- En que el panadero hace pan y la escopeta ¡pun!
Manchas de color y ciertas líneas cruzadas
Una actriz francesa visitó el estudio de un pintor muy "moderno". Éste le enseñó un cuadro donde sólo se veían manchas de color y ciertas líneas cruzadas.
- Es mi retrato- dijo.
Luego le enseñó otro por el estilo.
- Es el retrato de mi mujer.
- ¡Menos mal que no ha tenido hijos!
- contestó la actriz.
Jorgito en el laboratorio
Una joven madre que visitaba al médico no hacía el menor esfuerzo por controlar a su hijito de cinco años, que estaba haciendo de las suyas.De pronto se oyó un gran estruendo de frascos y botellas, y la madre dijo:
- Supongo que a usted, doctor, no le molestará que esté Jorgito en su laboratorio...
- No - dijo el médico con mucha calma-. Pronto se estará quieto; parece que ya ha encontrado los venenos.
Pato amarillo con sombrilla verde
Un maestro de primer año había pedido a sus alumnos que hicieran un dibujo de un pato con una sombrilla. Se suponía que los niños debían pintar el pato amarillo y la sombrilla verde. Juanito, el rebelde de la clase, pintó el pato en rojo.
- Juanito, ¿cuántos patos rojos has visto en tu vida?- preguntó el maestro.
- El mismo número de patos amarillos con sombrillas verdes-respondió.
¿Dónde están los Alpes?
Está el señor de la casa entusiasmado, viendo un partido de fútbol por televisión.
Entra un niño pequeño con los deberes de la escuela:
- Papá: ¿dónde están los Alpes?
-Pregúntale a tu madre, que es quien lo guarda todo.
Un viajero, de paso por Nueva York, compró un televisor para llevárselo a su familia.
-¿Es que no hay televisores en su país?
- le preguntó alguien.
- Sí, claro que los hay; pero los programas de aquí me gustan más.
Un señor se sienta en la terraza de un bar y se pone a leer el periódico.
Se acerca un camarero y le pregunta:
-¿Qué quiere tomar ?
- Yo, nada, gracias -responde tan tranquilo.
- Entonces tiene que irse de aquí - le informa educadamente el camarero.
-¿Por qué?- pregunta el hombre sorprendido.
- Porque para estar aquí hay que pedir algo.
-Bueno, entonces, deme un cigarro.
Preguntaba un señor en una taquilla de la estación de ferrocarril:
-Por favor, ¿no hay otro billete más barato que éste?
- Sí, señor, pero tendría que llevar bozal.
Un periodista deportivo pregunta a un futbolista:
-¿Qué siente usted cuando gana su equipo?
- Por desgracia no puedo decírselo. ¡Sólo llevo dos años en este club!
- Hace poco- contaba un convaleciente - me operaron y el doctor me dejó dentro una esponja.
-¡Vaya faena!- comentó uno de los amigos-.
¿Y te duele mucho?
- No, dolerme, no me duele, pero ¡tengo una sed...!
- Cristina, bájate un momento del coche y dime si funciona el intermitente de la derecha.
Cristina se baja, observa y dice:
- Ahora sí, ahora no; ahora sí, ahora no; ahora sí, ahora no...
Cierto señor ató un día al gato con una cadenita y lo sacó a pasear.
Ya en la calle, se le acercó una mujer, temerosa:
-¿Araña?
-No, gato.
Una señora llamó a un fontanero para que arrreglase una fuga sin inportancia. Aunque apenas le llevó unos minutos, el trabajador pidió una elevada suma por su faena.
-¡No puede ser! - protestó la señora. ¡Pero si el médico me cobra la cuarta parte...
- Lo sé. Yo era médico antes.
En la consulta.
- El corazón está bien.
Sólo padece usted de cálculos.
- Ya me lo temia yo.
Gano ochenta mil pesetas al mes y somos siete en casa.
En un examen, le dice el profesor a un alumno que no ha sabido contestar a nada de lo que se le ha preguntado:
- Voy a hacerle la última pregunta. Si la contesta bien, lo apruebo; si no, suspenso. ¿Cuántos pelos tiene la cola de un caballo?
- Treinta mil quinientos ochenta y tres.
- ¿Y cómo lo sabe?
- Perdone, profesor; esa es otra pregunta y aseguró que sólo me haría una.
Se sube un señor al autobús y pregunta al conductor:
-¿Cuánto cuesta?
- Cien pesetas.
- Pues que se bajen todos, que me lo quedo.
Un hombre le dice
a su amigo:
- Ahora que tiene usted una gran fortuna acuérdese de sus amigos de los tiempos de pobreza.
- Es que cuando era pobre no tenía muchos amigos...
-¡Cuánto te habrás divertido en Barcelona!
- No salí del cuarto del hotel ni una sola vez.
- Pero, ¿ por qué?
- Es que la habitación costaba carísima y no iba a despilfarrar el dinero...
- Yo pienso ir de vacaciones a Tahití.
-¿ Y cuánto te cuesta eso?
-¡ Nada!
-¡ Imposible!
-¡ Pensarlo no cuesta nada, chico!
El padre le dice al niño:
- Me temo que algun día el profesor se dará cuenta de que soy yo el que te hago los problemas.
- Papá, creo que ya lo sabe...
Ayer me dijo que le parecía imposible que yo solo pudiese cometer tantos disparates.
En la comisaría.
-¿ De modo que dice usted que la agresión fue con arma blanca?
- Sí, señor comisario. Me dieron un golpe con una botella de leche
-¡Fea, más que fea...!
-¡Borracho...!
- Sí, pero a mí mañana se me pasa.
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-¿Me pone un duro de aceite?
-¿ Se lo lleva puesto, o se lo envuelvo?
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Una madre le dice a su hijo:
- Manolin, ¿qué haces en casa a estas horas? ¡Deberías estar estar en la escuela!
-¡Ya decía yo que se me olvidaba algo!
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Llega pedrito a casa escondiendo las notas detrás de la espalda. Ofrece un boligrafo a su padre y le dice:
-Papá,¿sabes firmar con los ojos cerrados?
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Una madre le pregunta a su hijo:
-¿Está contento contigo el profesor?
- Ya lo creo.
-¿ Y tú con é?
- Más aún.
-¿ Por qué?
- Porque dice que si todos los niños fuesen como yo, cerraba la escuela.
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- Vienen los indios, mi general.
-¿Son amigos o enemigos?
- Deben ser amigos, porque vienen todos juntos.
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-Doctor, doctor, ¿usted cree que mi marido perderá el ojo?
Contesta el doctor:
- ¡Ah! no lo sé, yo se lo he metido en el bolsillo.
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Vienen los indios, mi general.
-¿ En qué plan vienen?
- Deben estar de fiesta, porque van todos pintarrajeados.
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El coronel:
- Mi general, hemos perdido la batalla.
El general:
- ¡Pues búsquenla!
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- Sí, doctor.
- ¿Y cómo ha ido?
- Muy mal, me robaron la cartera de la mesilla de noche.
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- Doctor me siento mal. Pues sientese bien
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-Doctor, nadie me comprende...
- Que pase el siguiente.
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-¿ Es aqui donde sacan las muelas gratis?
- La primera vez, sí.
-¿ Y la segunda?
- No lo sé. Nadie vuelve.
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-¿ En qué se parece el autobús 111 a un médico?
- En que los dos enpiezan con uno, siguen con uno y terminan con uno.
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-¡ Nunca has ido a ver a un psiquiatra! - exclamó atónita una joven que hablaba con un amigo-.
-¡ Caramba, debes estar loco!
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Un psiquiatra no conseguía curar a un paciente que tenía la idea fija de haberse tragado un caballo.
- Lo tengo aquí dentro - decía siempre el enfermero.
Por fin decidió el doctor simular una operación.
Trasladaron al paciente a un quirófano, le dieron una pequeña dosis de anestésico y al despertar le hicieron mirar al jardín por una ventana.
- Ya esta usted sano. Le hemos sacado el caballo. Mírelo atado a aquel árbol.
- ¡Mentira! - exclamo el enfermero-. Ese caballo es negro y el que yo me tragué era blanco.
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Un médico le dice a un paciente:
- Y sobre todo le recomiendo que beba más agua que vino.
-¿Cómo? - exclamó el enfermero asombrado y asustado-. Es imposible, completamente imposible.
-¿ Por qué?
- Pero doctor, ¿cómo quiere que beba más agua que vino? ¡ Si bebo tres litros de vino diarios!
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Un médico trataba de levantar el ánimo de un paciente diciéndole:
- Su vida no corre peligro. Yo mismo padecí esa enfermedad.
- Si, doctor - se lamentó el paciente- pero usted no tuvo el mismo médico.
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En el dentista.
-¿Quiere usted que le duerma las muelas?
- Bueno, con tal de que se despierten antes de la cena...
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